Mi experiencia en Ruta Quetzal

A veces en la vida te suceden cosas que te hacen cambiar tu forma de pensar. Los dos meses que yo pasé fuera de mi casa como expedicionaria con la Ruta Quetzal me sirvieron -entre otras cosas- para darme cuenta de qué es lo verdaderamente importante en la vida. También tuve la oportunidad de conocer a mucha gente de otros países y visitar lugares que de otra manera nunca habría llegado a conocer. Pero esas visitas no las haces como un turista, sino en calidad de expedicionario: con toda tu vida metida en una mochila de varios kilos de peso, durmiendo en tienda de campaña en la selva, atravesando el río Orinoco en un barco, pasando 2 días en una isla desierta sin apenas agua para beber, evitando las "viudas negras" antes de plantar tu tienda de campaña (una vez que te pican creo que te dan 10 segundos de vida)... y mil anécdotas más.

Y en todo ese tiempo hay 2000 buenos momentos: las puestas de sol en las playas caribeñas, el cariño de tus compañeros (amistades que duran toda la vida), las confidencias dentro de la tienda de campaña, el submarinismo y los corales en playas cristalinas, las tormentas tropicales (hace calor y llueve muchísimo), el recibimiento de las gentes más humildes de pueblos diminutos de la selva...

PD: La foto es de una playa maravillosa en la que estuve. Se llamaba "Playa Medina" y allí los amaneceres y las puestas de sol eran muchísimo mejores que en las películas.